VALOR DEL BUEN TRATO
EL TORITO CHISPA BRAVA
Ricardo estaba llorando en el patio. Algunos de sus compañeros se habían
estado metiendo con él, lo molestaban, le pegaban y le decían palabras que lo
hacían sentir mal; esta actitud era frecuente, y no había nada que le molestara
más. Pero por mucho que les dijera, no dejaban de hacerlo.
Un joven mayor que Ricardo, que lo había visto todo, se acercó y le dijo:
- Si quieres que no te vuelva a ocurrir eso, tendrás que llegar a ser
como El torito Chispa Brava. ¿Te cuento su historia?
-¡Sí!
- Chispa Brava era un toro que una vez pudo ver televisión desde el prado. Pasaban en ella una corrida de toros, y al ver cuál iba a ser su final, se dedicó el resto de su vida a prepararse para aquel día, el de su corrida…Y no tardó en llegar.
- Chispa Brava era un toro que una vez pudo ver televisión desde el prado. Pasaban en ella una corrida de toros, y al ver cuál iba a ser su final, se dedicó el resto de su vida a prepararse para aquel día, el de su corrida…Y no tardó en llegar.
Cuando salió
a la plaza, recibió un primer puyazo en el lomo. Era muy doloroso, y sintió
cómo su sangre de toro les pedía a gritos venganza. Pero él sabía lo que tenía
que hacer, y se quedó inmóvil. Pronto apareció el torero provocándole con su
capote al viento y su traje rojo. Volvió a sentir las mismas ganas de clavarle
los cuernos bien adentro, pero nuevamente, tragó saliva y siguió quieto. No
importó que siguieran tratando de animar al torito con puyas, banderillas y
muletas: siguió tan quieto, que al cabo de un rato, toda la plaza estaba
silbando y abucheando, hasta que decidieron cambiar de toro, porque resultó el
toro más aburrido que se recuerda. Así que Chispa Brava fue devuelto a su prado
para seguir viviendo tranquilamente. Y nunca más trataron de torearle, porque
todos sabían que claramente no servía para las corridas.
- ¿Y eso que tiene que ver conmigo? - preguntó Ricardo.
- Pues todo.
A Chispa Brava le llevaron a una plaza de toros porque querían divertirse a su
costa. Cuanto más hubiera respondido al capote y las banderillas, más se
habrían divertido, y no habrían parado hasta terminar la corrida. A ti te pasa
lo mismo con esos que te molestan. Se divierten a tu costa porque ven lo mucho
que te enfadas, y eso les hace una gran gracia. Pero si hicieras como Chispa
Brava, y no respondieras, se aburrirían y se irían a hacer algo que les
resultase más divertido o productivo.
Ricardo no terminaba en creérselo. Pero en los días siguientes trató de
hacer caso a aquel joven mayor. Las primeras veces le costó mucho hacerse el indiferente
ya que se reían de él; lo molestaban e incomodaban, pero no fueron muchas,
porque todo resultó como había dicho el joven, y en unos pocos días, quienes lo
molestaban habían encontrado otras cosas que hacer que meterse con Ricardo.
ACTIVIDAD: contesta las preguntas en tu cuaderno.
- ¿ cómo era el trato que recibía Ricardo?
- realiza un dibujo sobre la historia
- ¿qué solución le propuso el joven a ricardo?
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